miércoles, 30 de mayo de 2018

"Algun día" me preocupaba



¿Qué es lo que recuerdas de cuando tenías cinco años?
Cuando yo tenía cinco, soñaba con tener diez. Diez era una edad mayor, madura a mis infantiles ojos. Los años pasaron, y cumplí diez. Después de meses, no podía esperar a tener doce, luego dieciséis, luego dieciocho, y ser mayor de edad los veintiuno.
Ahora ya tengo veintitres, ¿y sabes qué? En mi cumpleaños, yo era aún la misma persona. Mi vida no se volvió perfecta de repente, no me veía como la versión supermodelo de mi misma que me imaginaba desde hacía tantos años. Todos mis sueños no se hicieron realidad. Todo el estrés y tensión de la vida no se quedó mágicamente en el colegio.
No estoy diciendo que nunca voy a estar satisfecha con mi edad, pero si trae un pensamiento interesante a mi mente: ¿Qué estás esperando?
Toda mi vida he estado esperando lo que viene. Poniendo mis esperanzas en las cosas del futuro en lugar de tomar ventaja de donde estoy ahora. Miro hacia atrás y me pregunto, ¿Perdí mis oportunidades para servir, ministrar y crecer en Jesús porque estaba ocupada soñando con el día cuando mi vida realmente comenzaría, cuando me graduara o casara o tendría hijos?

Estoy segura que si lo hice.
que estoy esperando?

¿Estas esperando lo que sigue? ¿Estás desaprovechando oportunidades ahora y más bien estás atrapada en el “algún día”?
Como mujeres jóvenes, es fácil vernos atrapadas en la mentira de que la vida va a comenzar cuando _________ suceda. ¿Es el matrimonio o tener tu propia familia? Tal vez una carrera exitosa. Finalmente ser capaz de decorar tu propio departamento o algo de libertad de tus padres y hermanos.

Cualquier cosa que sea, el mito de que “la vida comienza cuando ______ sucede”, tiene un gran y antiguo agujero. Piensa en esto: El tiempo va a pasar. Pudieras casarte, tener el trabajo de tus sueños o decorar tu propio espacio como una imagen salida de Pinterest. ¿Y entonces qué es por lo que vas a estar esperando? La idea sobre la que habíamos puesto todas nuestras esperanzas, el evento que pensábamos que habría de comenzar nuestras vidas, va y viene. Y allí estamos, colgando a medio aire, nuestro paracaídas volando sin nosotras.
No te estoy animando a ignorar el futuro. En efecto, Proverbios 31 nos dice que la mujer sabia “sonríe al futuro”. Ella puede mirar hacia el futuro con una sonrisa, no porque ella piensa que entonces va a “llegar”. Ella está preparada para el futuro, tomando decisiones en el presente que la van a beneficiar más adelante en el camino. Ella no teme el futuro porque ella está enfocada en el presente. ¿Cómo podemos tomar decisiones sabias sobre cómo usar nuestro tiempo y cómo acercarnos más a Jesús si nuestras mentes están siempre obsesionadas con el futuro?
Maneras de cambiar tu Perspectiva

Veamos estas tres maneras de ajustar nuestra perspectiva.
  1. Enfócate dar la vuelta hacia afuera y servir a otros. Cuando estamos ocupadas pensando en cómo podemos ayudar a las personas a nuestro alrededor ahora, nuestras mentes no están enfocadas en “algún día”. Más bien, “servíos por amor los unos a los otros (Gal. 5:13). Comienza justo ahora.
  2. Recuérdate a ti misma que estas en donde estas por un propósito. Si Dios te quisiera casada o en una relación, allí sería donde estarías. Él está en control de todo, incluyendo la línea del tiempo de tu vida. Él tiene un plan perfecto para tu vida. En otras palabras, “No os corresponde a vosotros saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con su propia autoridad" (Hechos 1:7).
  3. Ve la milla extra para hacer una diferencia en el mundo a tu alrededor. Sea ayudando a tu mamá en la cocina o sirviendo como voluntaria en tu iglesia, tienes la oportunidad de marcar una diferencia cada día, no solo “algún día”. Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos (Ef. 5:16 CEB).
Aprovecha este momento para vivir como Cristo. Se irá pronto y no vas a poder regresar y servir más, amar mejor o recuperar este momento para hablar sobre Jesús.
¿Alguna vez has sido tentada a mirar solo hacia el futuro para encontrar realización, en lugar de marcar una diferencia en el ahora? me encantaría escuchar de ti en los comentarios.

martes, 29 de mayo de 2018

Pureza... no solo se trata de eso

¿Es posible que una chica sea una virgen, que nunca haya besado a un chico, ni permitido que le toquen, y aun así ser impura? ¿Es posible que ella haya evitado el uso de pornografía y que nunca haya tenido un pensamiento lujurioso, y aun así no ser pura?  
Debido al mundo sexualizado en el que vivimos, hemos llegado a igualar “pureza” con “pureza sexual”. Ha habido un clamor necesario de parte de líderes espirituales para resistir y huir del pecado sexual en el cual nuestro mundo se deleita diariamente.  
Pero, como en cualquier tema, debemos buscar todo el consejo bíblico y asegurarnos de no tener “visión de túnel”. Creo que existen jóvenes hoy en día que se creen muy espirituales y puros simplemente porque no participan en pecados sexuales. ¿Cómo define y describe la Biblia la pureza? ¿Qué lugar debe tener la pureza en nuestras vidas, y cuál es el camino por el cual se debe perseguir?

Como te mira El?

Primero, es importante entender que, cuando Jesús nos salva, nos lava del pecado. Tito 2:14 dice, "Cristo se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio". Podríamos llamar esto "pureza posicional". Si has puesto tu fe exclusivamente en Jesús y su obra de redención en la cruz, y te has arrepentido de tus pecados, Jesús te ve como parte de su pueblo puro, lavado, y regenerado. Por esto, debemos “renunciar la impiedad” y vivir en este siglo “sobria, justa, y piadosamente” (Tito 2:12).  
Pero, Dios no quiere dejarnos ahí con sólo "pureza posicional". Él desea que conozcamos la gran bendición de experimentar santidad y pureza en cada área de nuestra vida. ¿Por qué digo que es una "gran bendición"? ¡Porque no hay nada mejor que vivir en intimidad con Dios! Cuando crecemos diariamente en pureza, aquellos estorbos a nuestra intimidad con Él van siendo quitados, y podemos acercarnos más y más a la imagen de Cristo que Él va formando en nosotros.  

Lo que el quiere hacer es limpiarte

En la Biblia, vemos muchas áreas de la vida, aparte del gran énfasis en lo sexual, que deberían caracterizarse por pureza.  
Pureza de fe. Dios desea que desarrollemos una "fe no fingida" (1 Tim 1:5). Él quiere ir quitando todo lo que estorbe tu fe genuina en Él y en Su obra.   
Pureza de corazón. Mateo 5:8 dice, "bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios". Dios sabe que lo mejor para ti es verlo a Él. Un corazón limpio y puro facilita tu conocimiento de Él.  
Pureza de pensamiento. El famoso versículo de Filipenses 4:8 expresa lo que Dios desea para nuestras mentes y pensamientos. "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad".
Pureza de deseos. "Negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente" (Tito 2:12).  
¡Todo esto suena genial! Pero, ¿cómo se logra?

A su manera

Dios no nos deja a nuestras propias maniobras para conseguir lo que Él desea en nuestras vidas. Él deja muy clara la manera en que se consigue andar en pureza.  
Por andar en la Palabra:  "¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? Guardando tu palabra" (Salmo 119:9). La herramienta principal de santidad y pureza en tu vida será la poderosa Palabra de Dios. "Guardar" da la idea de estar atento y obedecer. No es sólo sentarte en una predicación con la mente media enganchada. Debes leer, memorizar, escuchar, meditar y obedecer la Palabra de Dios. Este es el camino a la pureza.   
Pidiendo la obra de Dios: El Salmista una vez más nos instruye con su ejemplo. "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí" (Salmo 51:10). Dios es el que tiene que constantemente limpiar y renovar nuestro corazón, y Él desea que clamemos pidiéndole que haga esa obra en nosotras.   
Practicando la confesión constante: 1 Juan 1:9 debe ser un versículo memorizado y practicado múltiples veces al día por cada creyente. "Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad". La confesión es vital para la pureza diaria.  
La pureza es un tema amplio que resalta en todas las escrituras. Te animo a estudiarlo para entender cuánto podemos reflejar el hermoso carácter de Dios cada vez más al buscar la pureza y santidad en cada área de la vida.